Saturnino Bochorno (6)

Saturnino escribe muy mal, su prosa probablemente sea parecida a la de un niño que recién comienza sus primeros pasos en la escritura durante la escuela primaria. De todas maneras como ya he dicho lleva adelante una publicación gráfica semanal llamada El Vocero. El Vocero aparece los martes, solo los martes. No todos los martes, algunos, su irregularidad de aparición es penosa. Hay ocasiones en las que pasan dos o tres martes y El Vocero brilla por su ausencia. Mi hermano asevera que esta falta de respeto al suscriptor (este paga treinta pesos mensuales por recibir El Vocero en la puerta de su casa todos los mates) se debe a problemas de impresión que son ajenos a la redacción, es decir: a él mismo. No entiendo como puede ser tan caradura. Ya que lo primero que se puede leer en este sucio pasquín es: este ejemplar ha sido impreso en imprenta La Maquina. Si hay alguna razón por la cual el semanario no sale es porque mi hermano no pagó la tirada, no obstante el muy taimado igual cobra los treinta pesos mensuales personalmente casa por casa.
Yo hablo de un semanario lógicamente, pero él lo hace llamar diario El Vocero. ¿Cómo puede decirle diario a una publicación que no aparece todos los días? Es inaudito. Sin embargo aquí en Denuedo todos parecen estar conformes con El Vocero: el diario que dirige el prestigioso periodista Saturnino Bochorno. Es más, algunos idiotas lo suelen llamar el diario del martes. Que desgracia haber nacido alrededor de toda esta gente, hay veces me quiero dar la cabeza contra las puertas.
Voy ahora a referirme puntualmente a la prosa, ya dije que es pésima, bien: observen algunos detalles. Mi hermano titula y escribe como en una suerte de proceso inverso, de atrás para adelante. Si tiene que poner que se encontró un auto robado por ejemplo, no titubea al escribir: auto robado fue hallado en la intersección de las calles Maipú y La Torre. Cuando en realidad estaría bien escribirlo al revés. En fin, esto no sería nada en relación a los textos. Si, los textos de mi hermano están claramente muy mal escritos. Para mi hermano no existe el punto y a parte, un párrafo puede ser una noticia completa, abusa de las comas de manera impúdica, y claro, tiene serios problemas gramaticales en general. La ortografía en cambio está bien, supongo que le estará muy agradecido al corrector del Word.
Como no tiene mucho espacio, apenas dos páginas, manda las noticias más importantes (estas son las relacionadas con la política del pueblo) en varias ediciones, construyendo de esta manera una especie de folletín político. De verdad, no es broma, les juro que es así. Demás está aclararles a esta altura que al igual que en la radio mi hermano no tiene opinión. Siempre, y esto es inalterable, queda bien con Dios y con el diablo.
En cuanto a la estética, no me atrevo a hablar de iconografía (por Dios no), el planteo es simple: todo en blanco y negro, no se distingue título de copete, las pocas fotografías que publica son mediocres (dice que además hace fotoperiodismo), y a veces los epígrafes son toda la información que acompaña la imagen.
Amigos creo ser preciso, si algún día toca a su puerta Saturnino Bochorno –mi hermano- queriéndolos suscribir a El Vocero, por favor no accedan a tal engatusamiento, Clarín o La Nación (incluso en el interior) mensualmente son mucho más baratos. He argumentado bien, creo, como para notar ciertas diferencias.